La escuela en su acción formación de la
identidad y socializadora de la cual deberá responder a los retos actuales de
la necesidad de construir una sociedad plural, democrática, incluyente, equitativa.
El objetivo de formación convertirlo en una persona competente para el
desempeño de la función a la que está destinado, haciendo de la estructuración
del acto educativo un proceso coactivo, predictivo, en una práctica educativa
reduccionista e instrumental, en todo esto proyecta un proceso educativo
delimitado en un espacio de tiempo específico y predeterminado desde el
comienzo; en estas condiciones no se da un momento para la creación, lo
impredecible y la continuidad del proceso de formación.
Las instituciones educativas desde el punto pedagógico
son las necesidades humanas requeridas para vivir la equidad, la inclusión y el
reconocimiento de la diferencia, condiciones necesarias para la configuración
de una sociedad democrática y la educación es uno de los factores que más
influye en el avance y progreso de personas y sociedades, mejora en el
bienestar social y de crecimiento económico accediendo a mejores niveles de
empleo, para elevar las condiciones culturales de la población, nuevas oportunidades
y para el avance democrático y el fortalecimiento del Estado de derecho también
para el impulso de la ciencia, la tecnología y la innovación.
Al mismo tiempo el proceso educativo implica la
construcción de identidad, en ese contexto, hace referencia al proceso a través
del cual los sujetos, hombres y mujeres, se hacen individuos únicos, negocian
sus diferencias con otros y otras diferentes, y constituyen marcos comunes que
les permiten cohabitar conjuntamente un espacio cotidiano, histórico y
cambiante.
Dentro de la construcción de identidad los
sujetos logran transformar los
significados de existencia que han movilizado su historia y han mediado
su accionar hacia la configuración de una forma particular de habitar, sentir,
vivir y pensar el mundo de la vida. De ante mano, en la construcción de la
identidad el individuo configura formas legítimas de convivir y organizar el
mundo vital para reestablecerlo, si así lo quiere, como un espacio de calidad
de vida,
va construyendo, de forma paulatina, mediante múltiples interacciones con sus
semejantes en entornos complejos y plurales lo que denominamos una identidad
personal.
En el proceso de construcción
de la identidad personal, se busca la autonomía moral y la maximización de las
oportunidades de independencia del sujeto, es necesario la formación de un
sentido crítico en el individuo, lo que contribuye a su crecimiento autónomo y
al proceso de formación de una identidad auténtico, mecanismos de socialización
se abre más a un discurso crítico y transformador, la racionalización, esa
capacidad depende de la calidad de las interacciones con el medio social y la
cultura. El sujeto crítico busca con su reflexión una posible verdad, pero
sabiendo que no existe ninguna absoluta; del mismo modo, se evita la
"institucionalización" de una idea inmutable.
Los procesos de
institucionalización posibiliten en ejemplificar el uso y potencialidades de la
comunicación, enriquecer la discusión teórica e historiográfica que facilite
avanzar en el estudio de los orígenes de la educación como campo disciplinar
desde una perspectiva regional y sus vinculaciones con los procesos de
institucionalización mundial del campo. Este proceso caracterizará la tensión
entre un desarrollo del campo ligado al nuevo sistema de producción de conocimientos
científicos en las universidades y un conjunto de saberes orientados a la
formación profesional de los docentes para justificar un estatus de experto y
el monopolio de la intervención en el campo educativo.
REFERENCIA:
Echavarría Grajales, Carlos Valerio (2003). La escuela un escenario de formación y
socialización para la construcción de identidad moral, en Revista
Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, Julio – Diciembre,
Vol. 1, No 002, Universidad de Manizales, Colombia 2003.
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